El oficio de tornería de la madera está vinculado a nuestra familia, que sepamos con seguridad, desde principios del siglo XIX
LA FAMILIA NEIRA: TORNEROS DESDE SIEMPRE
La primera mención fiable de un Neira que se dedicara a la tornería data de 1808 y se debe, curiosamente, a una fatal equivocación.
En ese año las tropas napoleónicas invadían España. En la aldea de Ulla, parroquia de Berres, un hombre llamado Felipe Neira (el abuelo del abuelo de nuestro abuelo) pedía ayuda a un grupo de soldados que llegaban a esta aldea sin saber que se equivocaba de bando. Los soldados franceses lo cogieron y lo mataron en el Cruceiro de Cuntis. Esta historia, que quedó en la tradición oral, cuenta también que ese hombre ya era tornero. Sospechamos que no fue el primero de la saga familiar, pero no tenemos ninguna referencia anterior.
DESDE EL SIGLO XIX HASTA HOY
Desde aquel entonces el oficio en nuestra familia fue pasando de padres a hijos, algo muy común en los oficios tradicionales. La forma de trabajar fue adaptándose a los tiempos y a la evolución de la maquinaria. En un primer momento el torno con el que se trabajaba era un torno de vara (que era semejante a un telar, con una larga vara de madera flexible que hacía las veces de resorte conectada a un pedal con el que se generaba el movimiento), con el que los torneros de Berres trabajaron hasta los años 30 del siglo pasado . Después y en poco más de 20 años, pasaron por los tornos de pedal, hidráulicos, los de corriente (que empezaron generando ellos mismos aprovechando la fuerza del agua y de paso dotando de luz eléctrica a sus casas) y los copiadores. Hasta la llegada de los de corriente, los propios artesanos eran los que hacían las máquinas y las herramientas. Nuestro abuelo vivió en primera persona toda esta evolución y nos la contaba con pasión.